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IRENE GÓMEZ Ricobayo
Un hombre de 53 años, que responde a las iniciales de E. R. A., con domicilio en Toro, falleció ayer ahogado mientras se bañaba en la playa de Ricobayo. El cadáver fue rescatado por dos dotaciones de los bomberos de San Vitero y Zamora capital, pasadas las ocho de la tarde y tras realizar varias inmersiones en la zona donde algunos testigos habían visto al bañista por última vez. La localización fue rápida, apenas bastó media hora para que los nueve bomberos dieran con el cuerpo de E. R. A., que se encontraba a unos cuatro metros de profundidad y seis metros de la orilla, justo en la zona donde termina la playa artificial y se produce una pendiente profunda que puede alcanzar varios metros, según informaron fuentes de los Bomberos de Zamora.
Los hechos se desencadenaron hacia pasadas las seis de la tarde de ayer, cuando la playa se encontraba bastante concurrida y de repente la mujer que acompañaba a la víctima dio la voz de alarma al darse cuenta de que había pasado un rato y no lo veía. Una de las personas que se encontraban en ese momento en la playa fue testigo del repentino nerviosismo de la señora y cómo explicaba que su compañero había dicho. «Me doy un baño y luego jugamos una partida a las cartas». Así fue; el señor se adentró en las aguas del embalse de Ricobayo, donde a esa hora se encontraban otros bañistas, entre ellos algunos niños, como apuntaba a este diario una vecina de Ricobayo, habitual usuaria de esta playa artificial.
Cuando la acompañante de E. R. A., alertó sobre su ausencia, personas que en ese momento tomaban el sol y se bañaban en la playa se movilizaron de inmediato intentando encontrarlo. Incluso dos hombres se acercaron a la zona donde se le había visto por última vez «pero el fondo estaba muy oscuro y no se veía nada», apuntó a este diario una testigo de los hechos. Minutos después se daba aviso a la Guardia Civil y se movilizó todo el operativo con la llegada de dos dotaciones de bomberos –de San Vitero y Zamora–, el servicio de Emergencias 112 y el Centro de Asistencia Ciudadana de la Agencia de Protección Civil.
Otro, hace una década
En Parque de Zamora se recibía el aviso a las 19.45 horas y hasta el lugar se desplazaron en total nueve profesionales con una embarcación y provistos de los trajes de inmersión acuática. Al final no fue necesario introducir el vehículo en el agua porque, tras varias inmersiones alternándose entre los bomberos, localizaron el cuerpo, prácticamente en el punto donde los testigos habían señalado. Poco después llegaba la autoridad judicial y el forense para decretar el levantamiento del cadáver. La autopsia determinará la causa de la muerte.
El suceso provocó gran conmoción en una zona muy concurrida por los bañistas, que se retiraron de la zona para dejar trabajar a los bomberos y algunos observaron su trabajo a varios metros de distancia.
En Ricobayo vino en seguida a la mente la ultima desgracia de estas características, ocurrida en esa misma playa. Fue hace unos diez años, cuando un hombre de unos 35 años, casado con una vecina del pueblo, perecía ahogado.
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I. G.
La reestructuración de los parques de bomberos comarcales ya es un hecho con la apertura del centro de Rionegro del Puente, el pasado 30 de junio. Se trata de uno de los dos macroparques que está previsto que funcionen en el medio rural, junto al que se construirá en la zona centro-sur y que, de acuerdo con el compromiso adquirido por la Diputación, entraría en funcionamiento en 2010. No obstante, aún no se ha hecho pública la ubicación definitiva del nuevo Parque de Bomberos.
La apertura de la instalación de Rionegro del Puente ha supuesto la concentración en la zona norte de la provincia tras el cierre de los centros de Tábara, el pasado 1 de enero, y El Puente de Sanabria, que dejó de funcionar el 30 de junio, coincidiendo con la puesta en marcha del edificio en la comarca de La Carballeda.
Así, actualmente y al margen de los parques de Zamora, Benavente y Toro, permanecen abiertos el ya mencionado de Rionegro y los de Bermillo y San Vitero, que desaparecerán en 2010 para reagruparse en los dos macroparques. El proyecto del Consorcio Provincial de Bomberos pasa por agrupar en cada uno de estos centros a quince profesionales. De tal forma que 30 bomberos contratados la Diputación podrán ejercer en turnos de tres personas, tal y como han venido demandando estos profesionales «para trabajar bien y dar un servicio de calidad», puntualiza José Ignacio García, representante sindical de los bomberos comarcales.
«Nosotros no nos metemos en dónde ubican los parques, eso es cosa de los políticos, pero sí queremos garantizar un buen servicio y para ello se requieren al menos tres personas en cada turno». Tal es la razón de que se reclamaran quince bomberos en cada Parque que garanticen los tres turnos de tres profesionales, en lugar de los dos de guardia que están en la actualidad en los casos de Bermillo de Sayago y San Vitero.
Esta reestructuración del servicio de extinción no ha estado exenta de polémica y de la reacción de los ayuntamientos afectados por la desaparición de los parques. Una cuestión «en la que nosotros no nos metemos. El cierre de los parques se votó en la asamblea del Consorcio, con la asistencia de los alcaldes y ellos lo sabían», apunta José Ignacio García en referencia a la recogida de firmas y protestas en la comarca de Aliste exigiendo la permanencia, en su momento del Parque de Tábara y ahora el de San Vitero.
